Laura Morales: “Faltan servicios dirigidos específicamente a las personas sin hogar y que consumen sustancias”
*Entrevista de Mireia Pascual Mollá, de la Revista Independientes.
Laura Morales es psicóloga y Responsable Técnica del Centro Terapéutico CERES y narra en esta entrevista las dificultades a las que se enfrentan las personas sin hogar que consumen. Y es que este consumo es, precisamente un requisito de exclusión en muchas comunidades terapéuticas.
Pregunta. ¿Qué necesidades tienen las personas sin hogar cuando presentan una adicción comórbida con un trastorno mental?
Respuesta. La principal necesidad que nos encontramos es una intensa exclusión social que rodea todas las áreas de la persona, afectando de forma negativa a la salud física y psicológica, área sanitaria, social y económica, calidad de vida y acceso a empleo o educación. Todo esto agravado por el consumo de sustancias que aumentan directamente el riesgo para la salud y la mortalidad. Ambas situaciones se interrelacionan de manera directa, aumentando su probabilidad de consumir al no tener un apoyo económico o al contrario, debido al consumo de sustancias perder todo apoyo y sustento. Por lo tanto, una de las principales necesidades a cubrir es el acceso a vivienda, debido a que sin un lugar de residencia estable, es complicado ayudar a estas personas y establecer medidas para apoyarles.
Otra necesidad de suma relevancia es el estigma de la sociedad, lo cual acaba agravando ambas situaciones de manera considerable, el estigma es una barrera importante para que estas personas puedan tener una oportunidad de comenzar un nuevo proyecto de vida. Debido a estas situaciones estas personas se caracterizan por desempleo de larga duración y contactos con el sistema judicial.
Fundación Ceres ha encontrado la necesidad de plantear un cambio para el tratamiento de la patología dual, ya que se torna más complicada debido a su gravedad psicosocial y psicopatológica, una adherencia a los tratamientos baja porque utilizan una mayor cantidad de dispositivos sanitarios y sociales.
P. ¿Cuántos recursos de este tipo hay en España? ¿Son suficientes?
R. Nos encontramos con escasos recursos de este tipo, ya que un criterio de exclusión para los recursos de personas sin hogar es el consumo de sustancias. Por lo tanto, muchas de las personas que consumen no pueden acceder a estos servicios sociales y sanitarios, lo que agrava su situación de vulnerabilidad y exclusión social. Así mismo, algunos servicios de salud mental tampoco permiten el consumo de sustancias. Estas barreras dificultan una solución efectiva para estas personas. En general los servicios para personas sin hogar están sujetos a más variaciones y no hay un conjunto estándar de respuestas para estas personas. Faltan servicios dirigidos específicamente a las personas sin hogar y que consumen sustancias.
En Castilla-La Macha es evidente el problema que existe de personas sin hogar, por lo tanto, ya se está preparando el diagnóstico de la Estrategia de Atención Integral para Personas sin Hogar, donde Fundación Ceres participa.
P. ¿Qué pasa con las mujeres sin hogar en estas mismas situaciones? ¿Hay recursos enfocados a ellas? ¿Este nuevo recurso es para todos y todas?
R. El sinhogarismo en sí es un fenómeno invisibilizado, al igual que las adicciones, y lo es aún más cuando nos fijamos en la realidad de las mujeres que lo sufren. La primera dificultad e invisibilidad es la estadística, hay escasez de investigaciones que incluyan perspectiva de género, por lo que los datos y actuaciones están sesgados. Las mujeres se llegan a encontrar en situaciones muy difíciles y precarias, están más expuestas a los delitos de odio y agresiones sexuales, el 24,2% de las mujeres sin hogar han sido víctimas de agresiones sexuales (INE).
Por supuesto, el recurso es para todos y todas. Y al igual que en todos los programas de Fundación Ceres, la perspectiva de género tendrá un papel primordial en el tratamiento y atención en este recurso. Se trabajarán de manera específica los sucesos vitales estresantes de las mujeres sin hogar, como violencia de género, embarazos, hijos o hijas en menores, desempleo, prostitución, etc. Ya que por ser mujeres con adicción presentan mayor deterioro de salud física, mayor diagnóstico de enfermedades crónicas y de salud mental, intentos de suicidio, etc.
Los datos nos indican que las mujeres hacen más uso de los recursos disponibles, el problema lo encontramos cuando no se adaptan a sus necesidades, lo que hace que abandonen los procesos terapéuticos con un proceso discontinuo. Por lo tanto, el objetivo del nuevo recurso es adaptarse a las necesidades de las mujeres, para combatir contra los altos niveles de estigma y la falta de servicios con perspectiva y metodología de género.
P. ¿Cuándo estará en marcha?
R. Se prevé su puesta en marcha para el próximo año 2024. La construcción del mismo comenzó en enero de este año y está próxima a finalizar.
P. ¿Qué peculiaridades presenta?
R. Lo que se pretende con este recurso es un servicio adaptado y de baja exigencia, un espacio de residencia con normas de convivencia adaptadas a su realidad y profesionales que van a ofrecer tratamientos psicológicos, sociales y educativos. El objetivo es promover una vivienda estable como componente fundamental del tratamiento para su normalización psicosocial, siempre adaptado a las necesidades de las personas. Formaremos una red de apoyo mediante el trabajo en red con otros servicios, como servicios psicosociales o sanitarios.
La peculiaridad del recurso es que está abalada por más de veinticinco años de experiencia en el tratamiento de las adicciones y de las situaciones de exclusión social, con un equipo de profesionales con amplio rodaje en este tipo de recursos, ya que Fundación Ceres cuenta con un centro de deshabituación de adicciones, con un modelo de trabajo consolidado y muy protocolorizado. Trabajamos mediante programas de prevención, centro residencial, centro de día de adicciones y tratamiento ambulatorio.
El recurso seguirá el modelo de recuperación y la persona será protagonista del proceso como un agente activo, no una persona receptora de cuidados. Se trabajarán aspectos de la vida diaria, psicomotricidad, psicoeducación, habilidades sociales, ocio y tiempo libre, etc. Se dejará la patología en un segundo plano, dando importancia a la salud, al bienestar y a las capacidades y fortalezas de cada persona.
P. ¿Por qué un recurso intermedio como el que proponéis?
R. Se pretende poner en marcha un recurso habitacional que sirva como intermediario para personas en situación de adicción y/o patología dual y sin hogar que por el momento no tienen un recurso residencial o de otro tipo al que acudir, o carecen de apoyo familiar, debido a que ya en nuestra Comunidad Terapéutica de tratamiento de adicciones nos encontramos con este tipo de casos, que no pueden acceder de manera privada a un recurso y que se encuentran en lista de espera de una plaza pública del sistema de salud, a la vez que se encuentran sin recursos económicos, de vivienda, apoyo familiar y las condiciones de salud que ya hemos especificado. Por lo tanto, sería una estancia intermedia hasta que estas personas vean resuelta su situación de una manera o de otra.
P. ¿Qué retos de futuro hay respecto a la atención de estas personas?
R. Los recursos para mujeres sin hogar deben adaptarse a las necesidades de las mujeres, tanto el sinhogarismo, adicción y violencia de género son fenómenos invisibilizados, hay que apostar por espacios donde las mujeres puedan desarrollarse ya que son autónomas, lo que no tienen son una vivienda.
Los profesionales deben estar formados y tener herramientas acompañando a estas personas sin culpabilizar, tenemos que ser capaces de garantizar la seguridad, respeto y dignidad de esas personas.
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